viernes, 17 de marzo de 2023

Comenzando una Coleccion

Hay cosas tan divertidas, que una no es suficiente, y es donde empezamos a coleccionar, en este caso, es un modelo, el Savoia Marchetti SM 79 Sparviero, un bombardero italiano de la Segunda Guerra Mundial, claro que en forma de modelo, ya hace mucho tiempo, tengo uno, que ensamble en mi juventud.



Desde aquellos tiempos, tenia un par de ellos en mi bodega, que hasta ahora, decidi ensamblar, despues de una investigacion, encontre varias decoraciones interesantes, mas de las que me imaginaba, incluyendo algunos que merecerian un largo trabajo de scratch, algo que todo modelista sabe, es parte de un trabajo mas interesante.

La version desertica

Un raro camuflaje


Al ensamblar, y pintar, me gusto mucho la etapa de la pintura, es muy laboriosa, son manchas en Verde Mimetico 1 sobre Gallio Mimetico, que la verdad, me relajaron bastante, y me dejaron con ganas de mas, lo que implicara conseguir muchos de ellos, porque por lo menos hay como 10 versiones que me interesa ensamblar, mas la clasica fantastica.


Aparato de la RSI

Un As Torpedero

Un aparato Argentino, requiere de scratch

version verde mimetico Oscuro

En camuflaje de grises

Un aparato libanes, uno de los pocos conservados en un Museo

Un avion de la Luftwaffe

Uno Rumano, tambien requiere de scratch

Y claro, uno mexicano, fantastico, asi que es momento de comenzar todo el proceso de coleccionismo, primero adquirir alguno de Lodela, para la version de la FAM, ademas de comprar modelos, de preferencia interesantes, como viejos modelos de la marca italiana Supermodel, o ya de perdida de Italieri y claro de Airfix, lo cual implica, comenzar a buscar viejos modelos en Italia, en México y en Inglaterra. Para continuar ensamblandolos en algun lugar bonito, un Hotel de playa en vacaciones o un Hotel en una ciudad colonial, si regreso a trabajar como Consultor de ARH.

En otras palabras, la  emocion de la busqueda, de la negociacion y adquisicion, la incertidumbre de la importacion, el placer de pintar y finalmente, el agridulce sabor de ponerlos finalmente en mi Wunderkamera, donde solo acumularan polvo.