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sábado, 2 de abril de 2016

El valor de un pedazo de papel estraza, Boleto Teotihuacanos

Una de mis colecciones mas antiguas y favoritas fue la de Boletos de todo tipo de transporte, la empece en algun momento de mi infancia y ha crecido inmensamente con los años, como toda coleccion ha tenido una historia, de adquisiciones importantes, de organizaciones y reorganizaciones, de graves perdidas y de problemas por su conservacion y almacenaje.


Entre mis piezas favoritas, estan estos dos modestos boletos de papel de estraza, de la Linea de Autobuses Teotihuacanos, deben de ser de los ochentas, y los tengo en alta estima porque eran de las pocas ocasiones en que mi madre solia llevarme en un viaje y era a Texcoco, a comprar comida tradicional al mercado, a abastecerse de charales, mosco, queso Covadonga y a visitar sus recuerdos, o sea simplemente a pasear.

Usualmente son este tipo de acciones los que hacen que una pieza de coleccion adquiera mucho mas valor que las demas, en particular estos son mas importantes que unos del Concorde en su viaje a Mexico que logre conseguir, por tener ese componente emocional.

De hecho entre las razones para mi segundo divorcio, fue que mi ex, tiro una caja de boletos del ADO de los setentas, cuando mis abuelos me llevaban de viaje muy seguido a Veracruz, simplemente la encontro un dia en mi escritorio y dijo, "es basura", cuando regrese de un viaje de trabajo encontre mi lugar de trabajo en la casa "limpio"; esa falta de respeto a mis espacios me convencio de que, yo tambien debia colaborar en limpiar la casa, lo primero en salir, fue ella.

domingo, 25 de mayo de 2014

Anecdota de Coleccionista, Lodela

Hace algun tiempo, andaba vagando por Texcoco, una ciudad que conoci muy bien en mi infancia, pero a la que no habia vuelto en muchos años, un dia que tenia antojo de Charales y Esquites, decidi hacerle una visita calmada, recorrer los viejos lugares, caminar por sus añejas calles y disfrutar de un placentero dia.


No encontrte la Ciudad tranquila que recordaba, en su lugar un bullicioso suburbio de la Ciudad de Mexico, con exceso de trafico, embotellamientos y lo que solo podria definirse como la extincion de la antigua paz, nuevos edificios y vendedores ambulantes habian convertido la calle en algo diferente, mucho mas homogeneo, casi identico a la Peralvillo o Mixcoac.

Se habian ido los tiempos del Charal, del queso Covadonga y del Flan de leche de Vaca, a pesar de todo, el Mercado, la Catedral y la Terminal del Texcoco se mantenian estoicos marcando la tradicion y conservando la memoria de la ciudad

Mi objetivo era el Mercado, este era un viaje del estomago, y si vien todavia algunas ancianas seguian vendiendo sus productos, ya casi todo habia desaparecido, de todas formas recorri el mercado, los tacos de Carnitas y las aguas frescas, la tortilleria que recordaba, pero tambien encontre lo que habia olvidado, las jugueterias, en que mi madre me habia comprado no se cuantos juguetes, mas sin embargo, la mercancia habia cambiado, no mas trompos o camiones de madera, no mas boxeadores ni canicas, sino el juguete de plastico chino estandard.


Pero en un rincon, una caja extraviada por el tiempo, llamo de inmediato mi atencion, era una caja negra, con el logo de Lodela, larga, como de un buque, le pedi a la señora que atendia que me la mostrara, lo que hizo con un gusto mayor al normal, la caja estaba empolvada, pero sellada, era un viejo buque a escala, el Tirpitz, cuando le pregunte el precio, la señora reviso la caja y vi el precio impreso en ella, y no lo pudo creer, 21 pesos, dijo que obviamente estaba equivocado, asi que me lo dio en 100 pesos, alegre de deshacerse de ese estorbo del inventario, le inquiri sobre si tenia algun otro y salieron a la luz un maltratado Hurricane en 1/72 y un Typhoon en 1/144, asi que los adquiri todos por la fabulosa cantidad de 125 pesos del 2009.


La caja del Hurricane estaba muy maltratada, asi que cuando me sente en el viejo restaurant junto a la Iglesia del Señor del Hospital, lo abri y lo revise, el modelo estaba intacto, pero muy sucio, las calcomanias y el instructivo estaban amarillentos y quebradizos. El Typhoon y el Tirpitz, sellados, pero la caja del buque era muy pesada, lo que los colocaba como a mediados de los setentas, casi cuarenta años se habian pasado en la tienda, mas tiempo del que yo llevo de coleccionista. El buque lo guarde hasta la siguiente navidad, y me lo di de regalo, los otros dos, no he tenido tiempo de ensamblarlos.